domingo, 11 de agosto de 2013

El tránsito en Lima

Quien conoce Lima sabe que las calles están llenas de conductores bastante osados y muchos que no cumplen las normas de tránsito ni respetan al otro conductor o al peatón. Se ve cada cosa que uno se sorprende todos los días con algunos taxistas y choferes de combi u ómnibus.

Quien ha vivido o transitado en otro país, excepto India o México supongo, al volver, se sorprende del caos y falta de sentido común de las personas en  el tránsito. Ver gente parando un taxi que está pasando en el tercer carril, o ver un ómnibus cerrando dos o tres carriles causa una sensación de impotencia inexplicable.

São Paulo tiene un tránsito terrible, realmente es terrible, récord sobre récord de congestionamiento, 180, 200, 220 por la mañana, por la tarde, con lluvia, con calor, en las carreteras en feriados, aumentando dos carriles a las vías principales o mejorando los servicios de transporte público. No caben más autos en la ciudad. Pero quieran o no, la gente respeta más los semáforos, respeta más a los  peatones, respetan más al conciudadano, los ómnibus tienen paraderos y se respetan, hay menos taxis, no se negocia con ellos, la mayoría se toma en paraderos de taxi.

En Lima no, aquí la gente se mete a la mala, las combis paran el tiempo que les da la gana, los taxis ni se diga, se quedan en el semáforo aunque esté en verde, esperando que un pasajero lo tome. La combi entonces, sale cuando quiere, a toda velocidad o sin ninguna prisa, hasta que se llene o rápido para ganarle los pasajeros a la que está mas adelante.

La gente para la combi apenas llega a la esquina, como si la próxima fuese a demorar media hora. No! La próxima pasará en menos de 30 segundos! Que terrible, bueno, a hablar de la experiencia de manejar en Lima, antes de hacer más hígado.

Cuando saqué mi licencia de conducir tenía mucho miedo de como sería manejar en las calles de Lima. No fue tan terrible como pensé. Es más, fue una sensación bonita, después de tanto tiempo sin manejar, y de haber dejado de manejar en una situación tan desagradable como fue. La primera vez fueron sólo algunas vueltas por las calles de Miraflores. La segunda fue toda una aventura, un lugar desconocido, pasando por una autopista, pero todo salió bien, como en las buenas épocas. A la vuelta pasar por el Centro de Lima, avanzando poquito a poco, enfrentando el temible tránsito y a los taxistas, creo que aprobé en esta experiencia.

En mi paseo más reciente, me dí el lujo de hacer un trayecto que recuerdo mucho de la primera vez que volví a Lima, en el 1999, cuando al llevarme del terminal terrestre a la casa de los amigos que me hospedarían, en Chorrillos, entramos a el "circuito de playas". Lindo nombre, linda autopista, en el momento en que transité por ella, con mi mirada de provinciano llegando a la capital, me dije, algún día manejaré por aquí. Y finalmente lo hice, fue una sensación muy agradable. Paramos en diversos puntos del camino, para contemplar el paisaje y disfrutar de la compañía de viaje.




Aún no tengo auto, pero no iría a trabajar en él así lo tuviera, desgasta mucho, quiero mi auto para pasear, para conocer nuevos lugares, con mi familia, con mis amigos.

Finalmente, esta entrada del blog coincide con la reciente divulgación de un episodio del programa "don't drive here" de Discovery Channel, dedicado al caos de Lima. A los curiosos, que no conocen Lima, les recomiendo verlo. No exageran, todo es real, es más, la realidad es peor.

www.youtube.com/watch?v=LpIThFEURXU

sábado, 3 de agosto de 2013

El centro de Lima

En las veces en que estuve en Lima nunca tuve mucha curiosidad de conocer y pasear por el Centro de Lima, por suerte, esta vez tuve la oportunidad de trabajar en el Centro de Lima, y por diversos motivos lo estoy conociendo, poco a poco, pero creo que ya me puedo aventurar a comentar un poco.

Como la mayoría de los centros de ciudades antiguas que he conocido, el Centro de Lima tiene sus lados bonitos, muy bonitos, y sus lados feos. Hay que saber por donde caminar o puedes caer en lugares peligrosos, por eso es bueno preguntar o estar acompañado de alguien que conoce.

El centro de ciudad que más me había gustado hasta ahora es el de Madrid, mucha historia, facilidad de acceso, orden, seguridad, muchas situaciones pintorescas, tradición y cultura. Es lógico, porque Madrid es una ciudad bastante antigua.

El Centro de São Paulo es bonito, también lo conocí más cuando trabajé por ahí. Tiene sus partes bonitas, la pinacoteca, la biblioteca Mario de Andrade, el valle de Anhangabaú y las calles que están cerca al Edificio Banespa. Hay partes bien cuidadas, partes descuidadas, mucha ostentación y mucha pobreza. Lo recomiendo para los turistas, hay buenos lugares para conocer, buenos lugares para comer, pero hay que ir con mucho cuidado. Quien quiera tips, me pasa la voz.

El Centro de Lima es una muestra de lo que es Lima, en chiquito. Gente trabajadora, gente feliz, gente estresada, varios lugarcitos para comer, tráfico caótico. Me voy a concentrar en algunos lugares: Plaza San Martín, Mercado Central, Paseo Chabuca Granda, Parque de la Muralla y Parque de la Reserva.

La Plaza San Martín es un lugar importante, tradicional punto de encuentro para manifestaciones populares, mítines, una plaza bonita, siempre llena de gente. Está rodeada en sus portales por buenos lugares para tomar un buen pisco sour, el mejor de Lima dicen algunos. Yo me pedí un chilcano. Tráfico caótico, los taxis no respetan nada y los transeúntes tampoco, lo mejor es salir y llegar a pie. Es uno de los puntos de inicio del tradicional Jirón de la Unión, un lugar para caminar, distraerse, comprar y una vez más, comer. Por cierto, no sé como, pero estoy bajando de peso, con tanta comida rica alrededor. Debo decir que no me estoy privando de nada, debe ser porque estoy caminando mucho.

El Mercado Central y sus alrededores como el Barrio Chino, recuerdan a la famosa 25 de Março de São Paulo, pero a la limeña. Con un poquito más de bulla, con los ambulantes que venden sus Dvds para aprender a bailar salsa en 7 lecciones, mostrando sus contenidos a todo volumen. Venden de todo, para todos los gustos, por buenos precios. El Barrio Chino, como todo buen barrio chino, repleto de productos característicos, bocaditos tradicionales y buenos chifas, tuve la oportunidad de almorzar en uno de ellos hace algunos días, y realmente, estuvo muy bueno. La sopa wantán deliciosa, sustanciosa, pero como siempre, exageradamente grande. Lo mismo para el pollo al ajo, no pude acabar. Es una pena, pero realmente exageran en la dosis. Volvería, pero me pediría un único plato para dos personas, o dos platos para tres.

Vale la pena conocer esta zona de Lima, creo que pasear por el mercado central es ver de cerca una parte de como funciona uno de los principales sectores que impulsan la economía peruana, el comercio, un comercio disputado, lleno de gente buena, aunque seguro con algunos infiltrados que se aprovechan de algún nivel de desorganización e informalidad de los comerciantes. Pero, lamentablemente, ¿en qué sector del comercio e industria no hay este tipo de gente?.  Lo importante creo, es que estos comercios le dan el sustento y una buena vida a mucha gente y mueven el dinero y la economía con mucho coraje y esfuerzo.

Tenía muchas ganas de conocer el Paseo Chabuca Granda desde que supe que lo inauguraron, los lugares turísticos que colindan con el agua, como la del mar o la del río, me parecen muy agradables. El Nyhavn en Copenhague es un ejemplo de esto, Larcomar es otro, el Pão de Açúcar en Rio de Janeiro es maravilloso y el Paseo Chabuca Granda, estando al lado del río Rímac, me parecía ser interesante.

Me comentan que antes era más bonito, pero igual está bonito, para caminar, lleno de sus puestitos de venta de anticuchos, picarones/buñuelos, con sus espectáculos de cómicos ambulantes. Agradable. Pero, para mi sorpresa, al salir del Paseo Chabuca Granda, me presentaron un lugar más bonito aún, al lado del río Rímac también. El Parque de la Muralla, construído encima de los restos de una muralla que rodeaba Lima, es un lugar apacible, con menos gente, pero bonito, cómodo y acogedor. Se los recomiendo.

Finalmente, y ya más alejado del Centro de Lima, visité por primera vez el Parque de la Reserva, o el circuito mágico de las aguas. Simplemente indescriptible, con por lo menos cinco fuentes de agua grandes y muy bonitas. Mezcla de luces, sonidos e imágenes maravillosas, sumado a la alegría de la gente que se reúne alrededor. Juegos, en que las personas pasan por debajo de un arco de agua y otro en que chorros de agua saltan coordinadamente invitando a las personas a entrar al medio de la fuente entre muchas risas y saltos. Yo lo ví desde afuera, estaba haciendo mucho frío. Preferí sentarme a tomar un té bien caliente y un churrito alegrándome un poco de ver a la gente distrayéndose al final de un día de trabajo. Imagino que en el verano debe ser un paseo de cajón para niños, jóvenes y adultos.


Por cierto, el tráfico en el Centro de Lima es terrible, los taxis no avanzan en las calles con dos carriles, y los cruces con avenidas grandes, hacen un suplicio llegar en carro a esas zonas. El Metropolitano, y caminar, son una muy buena opción pero insisto, hay que saber por que calles pasar.

Espero escribir más sobre otros puntos, tan interesantes en el Centro de Lima, y quien pueda sugerirme otros paseos, se lo agradeceré.